Reseña #70 | Las mil y una noches |

Las mil y una noches | Alma Editorial | 384 páginas | Tapa dura | Precio: 15,15€ | Comprar: Amazon

 

Las mil y una noches es una recopilación de historias inspiradas por la tradición oral, cuya relevancia fue curiosamente marginal dentro del contexto de la literatura árabe medieval. No obstante, a ella le debemos la fascinación por lo oriental que surgió a partir del siglo XVIII gracias a estudiosos como Antoine Galland, el autor de la primera traducción al francés, o exploradores como Richard Francis Burton, que la tradujo al inglés respetando el alto contenido erótico de la obra.

Muchas gracias a la Editorial Alma por el ejemplar

Hoy os traigo la reseña de un clásico maravilloso. “Las mil y una noches” siempre me ha gustado, y esta edición de Alma, ilustrada por Carole Hénaff, no puede ser más preciosa.

Si os interesa, seguid leyendo!

Cuentan las crónicas de los antiguos soberanos de Persia, que existió un rey muy amado por sus vasallos. Era bondadoso, sabio, y muy valeroso.

Este rey tenía dos hijos: Schariar y Schazenan.

Tras un largo reinado, el rey murió y su primogénito, Schariar, subió al trono.

Su hermano menor, Schazenan, no sintió celos de este, sino que se alegró por él y trató de complacerlo por todos los medios.

Debido a esto, y a modo de gratitud, el Sultán Schariar le cedió a su hermano el reino de la Gran Tartaria.

Tras dos años de estar separados y extrañarse, ambos hermanos deciden reunirse, y al estar a punto de partir Schazenan de su Palacio, decidió hacer una última visita a su soberana esposa para despedirse.

Cual fue su sorpresa, cuando al entrar en sus aposentos, la encontró de un modo íntimo con uno de sus criados.

Schariar no lo dudó y totalmente enloquecido de celos y rabia, les dio muerte a ambos.

Así marchó de Palacio dejando su reino atrás para visitar a su bien amado hermano, y una vez en el reino de este, descubrieron que también la sultana le era infiel a Schariar.

Este mandó al visir que la estrangulase y se le ocurrió, a su parecer, una genial idea, perfecta para que ninguna otra esposa le fuese infiel de nuevo.

Se desposaría cada noche con una nueva mujer, y al alborear el día, tras haber yacido con ella, la haría estrangular.

Debido a esto, los tiempos en los que el rey era querido por todos llegó a su fin, y muy lejos de bendecirle y amarle como a su padre, eran maldecido por todos ellos y deseaban su muerte.

El visir tenía dos hijas: Scheznarda y Diznarda. Scheznarda era inteligente y pensó un plan perfecto para poner fin a las barbaridades que cometía día tras día el sultán. Así pues, pidió a su padre, quien era el responsable de encontrarle nuevas mujeres, ser la siguiente en desposarse con él, a sabiendas de lo que podría ocurrirle a la mañana siguiente si su plan terminaba en fracaso.

Su plan era el siguiente: Cada noche, después de yacer con el sultán, haría llamar a su hermana como último deseo antes de su muerte, para contarle una historia, y al sultán, al gustarle tanto estas fábulas, la permitía vivir un día más para saber cómo continuaban. Así, noche tras noche, Scheznarda burlaba a la muerte gracias a su plan, y al a vez evitaba que más mujeres fuesen asesinadas.

El final es digno de que lo descubráis vosotros, pero a mí personalmente, me ha gustado mucho.

Había leído este clásico hace tiempo, pero lo he disfrutado muchísimo más esta vez, y es gracias a la tan maravillosa edición que se ha trabajado la editorial Alma. 

La portada en tapa dura, es maravillosa, pero si nos adentramos en sus páginas, descubrimos que el interior es igual de bonito, cargado de ilustraciones en cada capítulo.

Sin duda os aconsejo que lo leáis en esta edición. Tengo ya varios de sus títulos y, sinceramente, así da gusto disfrutar de la lectura.